La marca personal en el contexto digital muchas veces se confunde con otra cosa. Gurús de este oficio ofrecen fórmulas mágicas para posicionarnos, para ser más visibles, más relevantes mediante el cuasi vómito frenético de contenido.
En Vetta pensamos que la marca personal es muy importante, es única y hay que cuidarla y mimarla porque si somos nosotros mismos, lejos de encorsetarnos, seremos más libres.
Este post está basado en una presentación de Frank Tawema, un diseñador y artista afincado en Londres que define diez leyes atemporales de personal branding para creativos y aunque el contenido está pensado para un perfil artístico nos parece una lectura interesante para todo el que se preocupe por su marca, porque casi todos los consejos te pueden servir de referencia para gestionar tu marca sin miedo a equivocarte y desde la libertad, desde la diferencia y, por supuesto, la autenticidad.
Si trabajas una marca genuina conseguirás un network mil veces más fiel y útil y establecerás vínculos verdaderos y duraderos.
- Nunca te compares con otra marca
Cuando hablamos de personal branding ser único es lo importante, no te compares con tus competidores. Tu marca debe brillar con tus sabores, tu yo creativo y tus pasiones. No debes compartir ni producir ningún contenido del que no puedas decir “Esto es lo que soy”.
- No busques la perfección
Deja que otros intenten ser perfectos. Tu, en cambio entiende que lo que te hace único es esa “pizca” de locura que pones en todo lo que haces. No te preocupes por liderar lo perfecto, útil y funcional… deja estos sueños para otros. Ellos lo necesitan para tener la conciencia tranquila.
- No te sometas a tu audiencia
La razón por la que las marcas que admiras siguen siendo auténticas es porque algunas veces ignoran lo que les piden sus clientes. Siempre debes escuchar, observar y respetar a tu audiencia, pero no permitas que sus deseos comprometan tu identidad.
Tu marca nace de ti, el creador de la visión para tu marca. Hay dos formas de destruirla: no escuchar a tu audiencia o escuchar a tu audiencia demasiado.
- Evita a los “no creyentes”
Si fuerzas tu marca para que sea más relevante y más de moda probablemente te la cargues. No sólo porque perderá singularidad, sino también porque si intentas complacer a todos, cansarás a los más devotos admiradores de tu marca. Cuando notes que los “no creyentes” estén cerca de influirte, atrévete a decir… Lo siento, esto no es para ti.
- Di no a los que te piden que te repitas
Tu objetivo nunca debería ser el volumen. La singularidad es importante para el branding. Debería ser parte de tu estrategia deliberada resistirte a las peticiones de “más de lo mismo” de tu audiencia.
- Toma cierta distancia con tu audiencia
Crear la marca que tienes te ha llevado un tiempo. Nadie te la ha regalado. Te la ganaste. Es el resultado de tus méritos, no un privilegio. Para que esto siga siendo así tienes que seguir en el top of mind de tu audiencia, como un padre con sus hijos. Si tratas a tu audiencia como si fueran tus mejores amigos, perderás este aura. Respeta a tu audiencia, siempre. Pero mantén una cierta distancia y mantén la sensación de misterio. Debes estar preparado ser consejero, educador y guía.
- No vendas
En vez de vender y perseguir a tu audiencia, debes comunicar un mito, algo de misterio, magia y arte. Lograr mantener estos elementos en tu comunicación y en todo lo que hagas no tiene precio.
- Tú defines tu estilo, no es el estilo el que te define
Debes ser estable, tener un ancla. Primero establece tu visión y ofrece el sueño, después, tu audiencia se encargará de hacerlo más grande, tu marca se volverá más valiosa. El estilo de tu mensaje está en tus manos.
- Cerca de la cultura y el arte
Tu marca tiene que tener sabor y eso es precisamente lo que aporta el arte. Esfuérzate por enriquecerte visitando galerías y exposiciones de arte moderno, pero no sigas todas las tendencias. Procura ser creativo y valiente.
- No delegues tu comunicación en terceros
Cuando tu audiencia se comunica, compra o conecta con tu marca lo hace contigo, tienes que estar tú al otro lado. Nunca permitas que nadie se interponga entre tu y tu audiencia, tu valor de marca se basa en el valor y singularidad que sólo tu ofreces.
